¿Todavía tomando un vaso de agua con limón+azúcar para las agujetas?
Lejos de asumir la teoría de la cristalización, descrita en estudios ya obsoletos (Observations on experimental muscle soreness. Asmussen E: Acta Rheum Scand, 1956) y acumulación de ácido láctico, por no estar totalmente comprobada, me dispongo a encumbrar la teoría del ejercicio excéntrico, para justificar las llamadas agujetas, con un término más correcto; DOMS (delayed onset muscular soreness), o con su nombre médico, mialgia diferida. Según esta teoría, cuanto mayores son las contracciones excéntricas en la práctica de ejercicio físico, mayor es el riesgo de DOMS. Contracciones excéntricas tales como; bajar escaleras, amortiguar un salto o bajar pesos, pueden provocar agujetas.
¿Por qué se huye de la teoría de la cristalización?
Primeramente, aún no se ha demostrado en su totalidad, ya que no se ha encontrado en ningún estudio en el que se demuestre la presencia de cristales. Además, se sabe de sobra que la acumulación o presencia excesiva de acido láctico, produce molestias al instante y no con efecto tardío y por último está científicamente demostrado que el ácido láctico no cristaliza a temperaturas compatibles con la vida y se caracteriza por ser muy hidrosoluble. Estas y otras, son las razones por las que no me abono a la idea de la cristalización del ácido láctico.
Definida por Dr. García López, la contracción muscular excéntrica (estiramiento activo o alargamiento forzado) es una de las principales responsables de las popularmente conocidas como agujetas.
Parece ser que después de años tenemos claras algunas ideas del entrenamiento excéntrico, con respecto al daño muscular, estrés producido, respuesta inflamatoria, proliferación de radicales libres, diferentes adaptaciones, efecto rehabilitador, ganancia de fuerza, potencia, etc…y posiblemente en otros post nos centraremos en alguno de ellos, pero hoy nos vamos a centrar en los mecanismos a nivel neuronal que provoca este tipo de contracciones, que también tienen algo de implicación en el proceso de las temidas “agujetas”.
Según distintos autores, la activación de determinados grupos musculares es entre un 35% y un 60% menor durante una contracción excéntrica que durante una concéntrica equivalente. McHugh et al. (2000) compararon la actividad EMG de los isquiotibiales durante el ejercicio concéntrico y un ejercicio excéntrico en máquina isocinética (seis series de 10 Rep con una carga equivalente al 60% de la FMI). El análisis demostró que las contracciones excéntricas se caracterizan por la frecuencia media menor y una actividad EMG por unidad de momento de fuerza (torque) menor que las contracciones concéntricas. Enoka (1996) indica que existe menor activación en las excéntricas por dos motivos;
Un menor nivel de activación de todas las motoneuronas.
Un menor número de motoneuronas implicadas.
Uno de los trabajos más interesantes que tiene que ver con los mecanismos neuronales y las contracciones excéntricas, que ya tiene unos años es el de Fang et al. (2001). Un trabajo publicado en una prestigiosa revista de Neurofisiología, el cual perseguía estudiar a través de electroencefalografía, el tiempo, y la intensidad de la activación cortical asociada con las contracciones excéntricas y concéntricas. La muestra la compusieron 8 sujetos que ejecutaron 50 contracciones concéntricas y 50 contracciones excéntricas, de los flexores del codo, con una carga equivalente al 10 % de su masa corporal. Los autores concluyeron que el cerebro planea y procesa de forma diferente ambos tipos de contracción. La mayor magnitud de potencial positivo detectado durante contracciones excéntricas parece indicar que una cantidad superior de información sensorial está siendo procesada en el cerebro durante dicho modelo de funcionamiento muscular, Grabiner y Owings (2002), al igual que los comandos recibidos por el SNC, son diferentes en cada tipo de contracción.
Además, parece ser que la contracción excéntrica produce un menor gasto de energía que los otros tipos de contracción. Durante contracciones concéntricas e isométricas existe un proceso de relajación, activación, desactivación, y esto induce a un requerimiento de ATP, sin embargo, durante las contracciones excéntricas los puentes cruzados son forzosamente desactivados por el propio estiramiento, sin necesidad de ATP.
Todos estos estudios científicos nos justifican la tendencia actual a trabajar con contracciones excéntricas en determinados ciclos del entrenamiento. Se gasta menos energía, y además se procesa más información a nivel cortical.
Y te preguntarás, ¿Y como quitar las agujetas que ya me han salido?
Es fácil, normalmente hacemos lo correcto; un trabajo aeróbico de intensidad moderada, podría calmarlas, y tomar antiinflamatorios no esteroideos puede ser otra solución.
Un saludo
Emilio Villa